Introducción
Las tres lecciones de las Sagradas Escrituras que se nos proponen
poseen una sugestiva cronología que deseo respetar. La primera,
recuerda uno de los episodios más dolorosos y a la vez esperanzadores
que vivió el pueblo de Dios. Me refiero al exilio babilónico.
El evangelio, señala la condición de la Iglesia, como pueblo testigo
de un Dios