Benditos aquellos que comprenden
que mis manos tiemblan
y mi caminar es cansino!!
Benditos aquellos que hablan,
en voz alta,
para no subrayar que mi oído es duro.
Bendito el que no hace pesar
mi torpeza en la mesa.
Bendito quien no me hace
faltar su sonrisa
o una palabra gentil.
Benditos aquellos que me escuchan
cuando tal vez estoy