Las mentiras más graves y perjudiciales no son las que se
dicen, sino las que se viven.-
No te mientas convenciéndote de que eres como te piensas o
como te piensan los otros.-
La mentira es la madre del engaño, y el engaño es el asesino
de la confianza.-
Los que mienten viven tensos y en guardia como carceleros,
vigilando las verdades que aprisionaron detrás
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