Dios dador de paz: arranca de nosotros y nosotras la desconfianza y danos el deseo de reconciliación y servicio. Rodéanos de tu amor, a fin de que podamos llegar a ser signos visibles de tu amor en la hospitalidad y solidaridad con el extranjero/extranjera que vive entre nosotros/nosotras. Líbranos del racismo y de la tentación de construir muros de segregación, y justificar nuestros prejuicios. Ablanda
Yo, Noa, me hallaba sentada aquel día tras una de las celosías de casa, cuando un gran murmullo...
Letanía Guía: ¿Quién está gritando? ¿Por qué están llorando? Todos: Los niños y niñas están...
Responsabilidades olvidadas «…eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.»...
“Sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó...