Red de liturgia

¡Arriba los corazones!
Vayamos todos al pan de vida
que es fuente de gloria eterna,
de fortaleza y de alegría.

Néstor Jaen (Panamá)

Siempre me gustó la fuerza que trasmite esta canción a través de la idea de Dios como alimento esencial de nuestras vidas.

Una de las imágenes que más me conmueve en la vida es la carita de Sofía, cuando toma el pecho. Es una mezcla de entrega total y de gozo infinito. A sus cuatro escasos meses, la leche de mamá es “su pan de vida”. Le calma la sed y le da tibieza. De alguna manera, reaviva en ella una sensación de plenitud: no falta nada.

Creo que algo de eso es lo que me trasmite la canción. ¡Arriba los corazones!. Fuerza, esperanza, ánimo para los que se sienten desahuciados. “Vayamos todos al pan de vida”, alimento del cuerpo y del espíritu, que reconforta y alivia. Fuente de gloria eterna, fortaleza y alegría, dador de vida nueva, vida plena.

Acudamos a Dios “sedientos”, como sigue diciendo la canción. En Él encontraremos lo que necesitamos para saciar la sed del alma. Y, quien sabe, quizás, al mirarnos al espejo, descubramos en nuestras caras una expresión serena y de profunda felicidad, como la de Sofía cuando se duerme en brazos de su mamá.

Laura C. Gattinoni