Señor, te esperábamos más grande,
y vienes en la debilidad de un niño.
Te esperábamos a otra hora,
y vienes en el silencio de la noche.
Te esperábamos poderoso como un rey,
y vienes hombre frágil como nosotros.
Te esperábamos de otra manera,
y vienes así de sencillo.
Casi no hay quien te reconozca
al verte así, tan hombre.
Nos habíamos hecho
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