"Ya no los llamo siervos, los llamos amigos" (Juan 15)
Estaba cansada y ofreciste hacerme la comida y buscarme un lugar
tranquilo donde trabajar.
Estaba agotada y me dijiste: "¿Qué puedo hacer para ayudarte? Ya lo
sé, dejame que me ocupe de los niños"
Dudaba de mis dones y me dijiste sin vacilar: "¡Ah, pero esto está
muy bien!"