La María Madalena
lloraba aquel robo impío
cuando en blancos atavíos
vio a dos ángeles sentados,
que estaban por ambos lados
de aquel sepulcro vacío
"¿Y por qué llora, mujer?"
entonces le preguntaron,
y en su triste desamparo
les dijo ella con dolor:
"Porque han robado al Señor
y no sé ande lo llevaron".
Entretanto
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