Autor/es: Obed Juan Vizcaíno Nájera
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Tierra de extranjeros,
impuros infieles,
que no viven apegados a la Ley,
gente apartada de Dios,
perros.
Imploran la misericordia del Señor.
reclaman por misericordia
para sus hijos e hijas,
molestan con sus gritos:
¡Hijo de David ten misericordia de mí,
de mis hijos e hijas!
Recházala,
No son de nuestra raza,
Son gente si Dios ni valores,
Salvajes que adoran extraños dioses
hechos con sus propias manos,
creadores adoradores de sus criaturas,
ignorantes.
-¡Hijo de David ten misericordia de mí,
de mi hija!-
Tú solo has venido para las ovejas de Israel,
Eres nuestro Mesías,
Nos perteneces.
-¡Señor socórreme!
Mi hija es malamente atormentada del demonio,
Solo me quedas tú como mi único recurso,
Ya no tengo a quien más acudir-.
-No es bien tomar el pan de los hijos
y echarlo á los perrillos-.
-Duras tus palabras Señor,
pero no voy a desistir de mi empeño,
sé que estas probando mi fe,
mi perseverancia,
en tu corazón tan solo hay compasión
para todos y todas-.
-Grande es tu fe,
en mi pueblo no he visto una fe como la tuya,
entre los míos no hay nadie que tenga tu confianza.
Sí, Señor, pero también los perrillos comen de las migajas
que caen de la mesa de sus señores.
-No te daré migajas,
no comerás sobras,
te saciaras de mi mesa-.
-Me conformo con lo poco que me des,
Por el bien de mi hija.
-¡Oh mujer, grande es tu fe!
Más grande que un grano de mostaza,
y en medio de una fe así se cumple siempre
la voluntad de Dios,
se ha hecho contigo como quieres.
¡Grande es tu fe y tu grandeza,
Serás recordada por tu fe!
Rev. Obed Juan Vizcaíno Nájera
Maracaibo – Venezuela
15 de Agosto 2017.