24 de abril de 2009
Una escucha muy especial
Autor/es: Juan Carlos Pisano
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La comunicación tiene aspectos sorprendentes. ¿No ocurre que a veces querés contarle algo a una persona y no te presta atención? Bueno, eso suele sucederle a mucha gente.
No es fácil encontrar a alguien que te escuche de verdad. Por eso hace muchos años, un viejito que vivía en una pequeña habitación de un hotel en medio de la ciudad, que tenía fama de saber escuchar, estaba rodeado de personas que se acercaban a contarle sus problemas. El viejito cebaba mate para sus visitantes y les ofrecía unas riquísimas tortas fritas, mientras escuchaba lo que le contaban. Las personas salían del cuarto reconfortadas y encontraban un camino para comenzar a solucionar sus dificultades. Una vez, un joven periodista oyó hablar de la fama del viejito y fue a hacerle un reportaje.
Este muchacho no tenía interés en contarle ninguno de sus problemas, solo le preocupaba hacer un buen artículo para la revista en la que estaba trabajando. Así fue que apenas llegó, comenzó a hacerle preguntas de las mas diversas y, después de unos momentos gritó:
-¡Usted es un fraude! ¡Usted no puede escuchar! ¡Es sordo! ¡no contesta!
El vecino del cuarto de al lado escuchó los gritos del joven y entró para ver que ocurría.
- Este hombre no puede escuchar, ¿Por qué tiene fama de hacerlo? ¿a quién quiere engañar?
- No quiere engañar a nadie – dijo el vecino. - Es verdad que este hombre se quedó sordo hace muchos años, pero él logra algo muy importante: con su sonrisa, su mirada y su actitud, provoca que, al contarle las cosas, vayamos descubriendo lo que hay dentro de cada uno. Nos enseña a descubrir nuestra voz interior.
Para pensar y conversar:
¿Sabemos escuchar al otro?
¿Somos capaces de hacer silencia y escucharnos a nosotros mismos?
¿Quién nos gustaría que nos escuche?
¿Qué le contaríamos?
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