Red de liturgia

Un Salmo 23 que grita
(Rey David, s. X a.C. Julio R. Vargas-Vidal, 2006 d.C.)

Jehová es nuestro Pastor nada nos falta, aún las cosas negativas y las pruebas no nos faltan.
En lugares pacíficos, lejos de tumultos, “dimes y diretes” y contiendas político-partidistas nos haces descansar
Junto a aguas de reposo, lejos de marchas y demostraciones que únicamente agobian nuestra alma nos pastoreas.
Confortas nuestra alma desanimada
Nos guías por sendas que verdaderamente imparten justicia social, ética, política y, sobre todo, justicia laboral.
Aunque andemos en valles de sombras de muerte, de inseguridad y de desempleo sombras que atentan contra nuestro pan diario –contra las habichuelas nuestras de cada día
No temeremos mal alguno, porque tú has estado, estás y estarás con nosotros y nosotras
Tu vara y tu cayado nos guían e infunden el aliento que los líderes políticos desearían darnos, pero jamás podrán.
Aderezas mesa delante de nosotros, aunque creamos que carecerá de alimentos y aún así lo haces en presencia de nuestros angustiadores, con diferentes nombres y apellidos
Unges nuestras cabezas con aceite, apaciguando así un poco nuestras frustraciones, nuestra desconfianza en los gobiernos y apagando un poco las ascuas de ira que pueden posarse sobre nuestras vidas
aún así, vemos tus múltiples bendiciones y vemos nuestras copas rebosar.
Ciertamente el bien y la misericordia nos han seguido todos los días de nuestra vida, como individuos y como pueblo.
Y edificando el Reino de Dios aquí y ahora, no como una esperanza futurista y lejana, moraremos por largos días, entendiendo que en medio de las crisis Jehová sigue haciendo de nuestro país su casa.

Nota: El autor está reflexionando sobre la situación político-social y económica por la cual está atravesando la Isla de Puerto Rico.