24 de abril de 2009
Señal y Símbolo
Autor/es: Luiz Caetano Grecco Teixeir
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1. Una pareja de novios pasean por una jardín publico. El muchacho recoge una rosa y le ofrece a la muchacha. Ese simple gesto (señal) es entendido por la muchacha como una expresión de cariño que el muchacho tiene por ella. La muchacha la guardara a la rosa o por lo menos un pétalo y siempre que mirarla se acordara del afecto del novio. Aquella rosa se transformó en un símbolo.
2. Un(a) niño(a) curioso(a) abre una cajita de música que está encima de la cómoda del dormitorio de su abuela. Entre otras cosas, encuentra un pétalo de rosa, seco, muy antiguo (señal). Pregunta a su abuela que es aquello y por que lo guardó. La abuela, con emoción, le cuenta que, una tarde, hace mas de cuarenta años, cuando aún era joven, en un paseo por el jardín público, el abuelo recogió aquella rosa y le dio como prueba de su cariño. Los ojos de la abuela brillan con el recuerdo de aquel momento… aquel pétalo de rosa (señal) es el símbolo de la relación de amor entre aquellas dos personas y la vida de aquel/aquella niño (a), de cierta manera, es el fruto de esa relación de amor…
3. El anillo (señal) que el novio y la novia cambian entre si en la ceremonia de matrimonio, es el símbolo de la alianza de vida que ambos dos celebran en aquel momento, alianza que implicará en la complicidad del vivir y compartir el tiempo, la vida, el afecto, con responsabilidad por el bienestar, la alegría y la felicidad que cada uno asume en relación al otro. Entonces el anillo (señal) recibe el nombre de “alianza” (símbolo), que siempre recordará a cada uno de los conjugues la unión intima y la responsabilidad mutua que los hace marido y mujer.
4. Suena el timbre en la casa de Pedro. Pedro va a contestar. Cuando abre la puerta, se sorprende con sus amigos y amigas más íntimos cantando “Que lo cumpla feliz”. Uno de ellos trae en la mano una torta adornada con velas prendidas. Pedro, emocionado, invita a todos a que entren y que celebren junto a él su cumpleaños. El canto de los amigos y amigas son señales pero Pedro reconoce en ellos el símbolo de la amistad y del cariño de los amigos que festejan su cumpleaños, o sea, su vida. Ese conjunto de señales se transforman en símbolos y la fiesta es, en si misma, un acto simbólico en celebración a la vida de Pedro.
5. En el mercado central de Roma, capital del Imperio Romano, un hombre dibuja en el piso, con un palo, la figura de un pez. Varias personas pasan, miran el dibujo (señal) y siguen adelante. Un joven pasa, mira el dibujo, lo reconoce y lo saluda al hombre con alegría diciéndole: ¡Que la Paz del Señor esté contigo, hermano! Y los dos se abrazan. El joven miró el dibujo del pez (una señal) y reconoció, en el hombre que lo dibujó, un hermano en la fe, un cristiano. El dibujo del pez es un símbolo .
6. Para comprender y vivir la Liturgia no podemos olvidarnos del concepto de símbolo, algo común en toda la experiencia humana, material básico de la liturgia cristiana, que es esencialmente constituida por acciones simbólicas.
7. El símbolo es, en primer lugar, una señal, esto es, portador de un mensaje. Pero también nos remite a un significado concreto que es reconocido.
8. Aunque sea una señal, el símbolo no es utilitario, esto es, no tiene nada con la utilización del objeto. La torta de cumpleaños es una comida (señal) pero en el contexto de la fiesta es un símbolo: su finalidad no es solamente servir como alimento pero principalmente celebrar la vida del cumpleañero. Lo mismo se puede decir de las velas que la iluminan: su finalidad allí no es sencillamente iluminar, pero celebrar la vida de alguien, expresando el deseo de que ¡esa vida sea de mucha luz!
9. El símbolo de nada sirve en si mismo en el sentido de utilidad. Imagine a un niño pequeñito dibujando en una hoja de papel: cosas sin significado concreto. Una empleada domestica que nada sabia, tirará el papel (una señal), pero la madre lo va a guardar con cariño el primer dibujo de su hijo (un símbolo). Para la empleada el dibujo no es nada más que un papel con cosas indefinidas para la madre un símbolo: ella lo va a guardar y, en un futuro, lo va a mostrar al niño cuando crezca, y recordara ese día junto al hijo…
10. Avancemos en el concepto de señal y símbolo. Cuando el gato maúlla en la puerta es porque quiere entrar cuando el perro mueve la cola es porque está contento. El “maullar” y el “mover la cola” son señales precisos, no son símbolos: son limitados y precisos en su significado.
11. La palabra “rosa”, en la lengua portuguesa, designa a un “tipo de flor”, pero para la pareja de novios significa cariño, afecto puesta encima de una tumba, significa un homenaje en memoria, un gesto de extrañar a alguien. Una misma señal, (la rosa), puede tener significados distintos, esto es, pueden ser símbolos diferentes. Mientras la señal tiene un sentido limitado, el símbolo tiene un sentido más allá de la señal, ilimitado. Así, la palabra “rosa” (tipo de flor = una señal) puede ser un símbolo diferente conforme la situación: para los novios, afecto para el que está en luto, nostalgia para un poeta, la vida y el amor, y también el sufrimiento porque “no hay rosa sin espino”, etc.
12. El símbolo exprime sentimientos, emociones, situaciones en que “no tenemos palabras para decir”. Con la señal todo está bien definido, diferenciado, rotulado: pan es pan rosa es rosa. Pero con el símbolo todo queda en abierto: el pan puede ser alimento, puede ser el compartir la mesa (cf. Latim: cum +pane = compañero, el que comparte el mismo pan), puede significar el “fruto del trabajo del hombre”, etc la rosa puede significar afecto, nostalgia, vida, etc. Siempre hay “etcétera” cuando hablamos de símbolo. Lo contrario sucede con la señal, que habla del conocimiento, el símbolo es el espacio del reconocimiento (re+conocer = conocer de nuevo).
13. La palabra “SÍMBOLO” viene del griego “SYNBALLON (sinballon), formado por “syn” + bal-lo. Conocemos a varias palabras con la raíz “ballo”: ballet, baile, etc. Hay siempre un sentido subyacente de acción, movimiento el termino “syn” significa unir, juntar, estar junto. Literalmente, “SYNBALON” significa un contrato, algo que se reconoce y que se hace junto. El “synbalon” era una especie de ficha, un objeto cortado a la mitad dónde cada uno quedaba con la mitad. Cada mitad no tenía valor en si misma, pero juntas permitían el reconocimiento de los compañeros. Así, el símbolo es, de alguna manera, un código que permite reconocer a algo que establece una relación entre personas: syn + ballo = hacer junto.
14. El símbolo establece relaciones. Cuando vamos a comprar pan en la panadería, la relación con el panadero es nula: solamente interesa el pan que será comprado en general ni se conoce el panadero que hace el pan, solo pedimos el pan, pagamos y nada más. Es el nivel de la señal: el mensaje es objetivo. Pero compartir el pan con los amigos, estamos en relación con ellos, se reconoce la amistad. En el símbolo reconocemos a nosotros mismos (nos reencontramos en el) e nos reencontramos mutuamente (hay algo que nos une a los demás). En el gesto simple de compartir el pan, los discípulos reconocieran a Jesús en Emaús1. Fue por ese gesto que reconocieran discípulos del Resucitado y se transformaran portadores de la Buena Nueva, volviendo a Jerusalén para anunciar la Resurrección . El compartir el pan era (y es) símbolo en la comunidad del Señor.
15. El símbolo tiene siempre la dimensión social, comunitaria. La bandera nacional, el himno nacional y las fiestas nacionales, permiten a los ciudadanos reconocerse en la nacionalidad, como parte de una misma nación, entidad política y territorial. Cualquier grupo humano, por ser comunitario (común + unión) se identifica por los símbolos y acciones simbólicas, los cuales permiten al individuo reconocerse parte integrada en el grupo y situarse relativamente al resto de la sociedad. Lo que caracteriza a todo grupo comunitario son sus símbolos.
16. El símbolo se sitúa en el nivel de la relación entre las personas que son distintas una de las otras y viven experiencias diferentes. El acto simbólico puede ser experimentado de manera diferente por las personas la misma persona puede descubrir sentidos distintos para los mismos símbolos y compartir eso con las demás.
17. Por lo tanto, el símbolo no es ni subjetivo ni objetivo. No es subjetivo como si las personas, cada una podría ver en el símbolo lo que quisiera pues hay un núcleo de sentido unánime y común en cada contexto. Tampoco es objetivo porque el resultado nunca es automático. El símbolo es una experiencia de relación.
18. Porque habla al ser humano en su totalidad, el símbolo es la experiencia de la relación con uno mismo, con los demás, y en el caso de la comunidad en la fe, con Dios. En una relación, todos permanecen libres: libres para entrar o salir de ella libres para acoger el sentido general de la relación y al mismo tiempo vivir su individualidad y privacidad. El símbolo es, por encima de todo, una propuesta. Al contrario de la señal, nunca se domina totalmente el efecto del símbolo. Se puede organizar los símbolos y las acciones simbólicas, pero no se puede programar lo que va a suceder entre las personas relacionadas, ni sus reacciones.
19. El símbolo es siempre una oportunidad ofrecida, nunca una manipulación. La manipulación no previene la acción comunitaria, no es el “hacer juntos” (syn + ballo). La manipulación es “hacer por separado”, es diabólico (día + ballo, del griego, “día” = separar, dividir, romper). ¡Lo diabólico es lo contrario a lo simbólico!
20. Los cristianos se reconocen en relación con el Señor y con los demás, como parte del cuerpo de Cristo (la comunidad = la Iglesia) por su acción litúrgica: la participación en los sacramentos, en estudio comunitario de las Escrituras, la adoración comunitaria, las acciones de solidariedad y de diaconía, etc. Reuniéndose en asamblea litúrgica, la iglesia cristiana se diferencia, se sitúa, frente a la humanidad y la sociedad. La propia asamblea litúrgica es símbolo de la Iglesia de Cristo en cualquier tiempo y lugar.
21. La liturgia es indispensable para que nosotros, cristianos, dispersos por todo el mundo, nos reconozcamos mutuamente como parte de la misma familia y como discípulos del Señor, como grupo y como individuos en relación con Dios y somos reconocidos por los demás como grupo que tiene su propia identidad.
22. Por eso, la Liturgia Cristiana debe ser el resultado de una experiencia concreta de fe. Quien no vive concretamente la fe en Jesucristo, el resucitado, a través de las acciones del cuotidiano y de las actitudes en la vida, cuando participa de la liturgia, solamente tiene una pequeña relación con los símbolos, sin realizar o experimentar el significado concreto por el cual los símbolos establecen la relación. El símbolo así se transforma en IDOLO y el carácter simbólico de la acción litúrgica se transforma en diabólica, el “hacer juntos” se hace “hacer separados” porque es idolatrado. De ahí viene el diablo = aquel que rompe, aquel que separa. En la Iglesia Anglicana , particularmente, es en la liturgia que se encuentra nuestra identidad y unidad. Mas adelante vamos a hablar de ídolos e idolatría.
23. Estudiaremos ahora el rito, esto es, la acción simbólica.
Luiz Caetano Grecco Teixeira, ost INTRODUÇÃO BÁSICA À LITURGIA CRISTÃ (II) 96.LIT.02
II . Rito y Ritual
24. Rito es una acción simbólica (o un conjunto de ellas) que se repite regularmente y dónde las formas son prescritas formalmente..
25. El rito no es exclusivamente de la liturgia o de los cristianos. El ser humano es un “ser ritual”. Por ejemplo, nuestra forma de saludar: extender la mano derecha, decir algo como “Hola”, ¿Cómo estás?, o ¡Mucho Gusto!, es una acción simbólica que repetimos muchas veces sin darnos cuenta. Es un rito. La mano extendida significa “no agredir” o “estoy en paz contigo” o “podes contar conmigo”, las palabras expresan gentileza. Las fiestas de cumpleaños, especialmente en el momento de la torta son ritos. Los desfiles en las fiestas nacionales, son ritos. Estos aparecen cuando las personas se reúnen para hacer algo juntas.
26. Como ya vimos, la acción simbólica permite a las personas o grupos a que se reconozcan mutuamente en una identidad profunda. Es bastante lógico, por lo tanto, que al encontrarse en una manera adecuada de realizarse la acción simbólica, esta sea repetitiva y comprendida. En la medida que la realidad celebrada o simbolizada no cambió, ¿por qué cambiaria constantemente la forma simbólica de celebrar? Por eso, no se debe entender el rito como una imposición o una coacción, o una manera de impedir la libertad. Eso lo veremos más adelante.
27. El rito es una práctica social. La inserción en un grupo ya establecido, cualquier que sea este, (una iglesia, la vida en caserna, la universidad, etc) significa adoptar el uso y la costumbre de ese grupo, esto es, adoptar sus ritos. Por eso todos los grupos tienen sus ritos de iniciación, explícitos o no, esto es, actos simbólicos que marcan el ingreso en el grupo y por los cuales los “veteranos” ya lo pasaron. La palabra “iniciación” viene del latín “initium” que significa comienzo, ir para algo.
28. La evolución dentro del grupo también representa que alguien cumplió una etapa y empieza otra es al mismo tiempo, terminar y empezar. Las fiestas de los iniciantes tienen ese carácter: la joven cuando cumple 15 años, es presentada a la sociedad dónde vive y pasa a participar de la vida social. Cuando cumple 18 años, la persona es “mayor de edad”, con responsabilidades directas con la sociedad por eso es una fecha muy “importante”. La solemnidad de graduación en la universidad o en el liceo es un rito que marca el termino de un ciclo de estudios y en general, el ingreso a la vida profesional: la ceremonia explicita de que aquellos que se reciben están ahora habilitados al ejercicio de su profesión.
29. Así, la integración de una persona en un grupo y su evolución en el mismo – podemos decir simbólicamente, su caminata con el grupo, esta caracterizada, siempre, por una acción simbólica, o sea, un rito.
30. Los ritos pueden estar organizados de manera formal o informal. Los formales presentan siempre un ritual: fórmulas escritas, discursos, posiciones reservadas para el rito y una ceremonia: algo que define como debe de ser hecho.
31. Hay personas que desconfían de los ritos formales, hay quien los considera una coacción, falta de libertad de acción, especialmente en lo que tiene que ver con las ceremonias. Pero los hábitos rituales son inevitables e indispensables: crean un orden en la acción simbólica, que es aceptada. Ninguna ama de casa, por ejemplo, serviría un pescado al horno después del postre: hay un orden en el cual los alimentos son traídos y es un hábito ritual y por eso, van a variar dependiendo de la cultura. Los rituales y las ceremonias son en parte, semejantes a ello: los hábitos del grupo que se hacen más o menos solemnizados. Al mismo tiempo, el ritual y la ceremonia significan la protección del rito contra el desorden y la confusión dentro del grupo.
32. En el caso de la Liturgia Cristiana, por ejemplo, el ritual y la ceremonia, sin exagerar, mantienen los símbolos y los significados, impiden que la acción litúrgica se reduzca al sentimentalismo y a la exageración emocional que a veces, llega a una histeria colectiva además de eso, evitan la extravagancia del que quiere hacerse notar como “alguien diferente o especial” en el grupo. El ritual y la ceremonia no impiden la libertad de acción y si canalizan la creatividad de manera eficaz para que sea realmente vivida y asimilada por todos. No impiden los sentimientos, ni la afectividad, ni las emociones, pero hacen eso parte del contexto de celebración. Por ser esta sim – bólica, la Liturgia necesita de un mínimo de organización para no transformarse en día – bólica, para que sea el “hacer juntos” y no un “sálvese quien pueda”. El ritual y el ceremonial cristiano, especialmente el anglicano, permiten la libertad de expresiones pues al final, celebrase la vida en la presencia de Aquél que liberta y une, en la presencia del Espíritu (Pneuma) que se mueve y actúa libremente.
Cuadernos do Centro Anglicano de Teología -DIOCESE ANGLICANA DE BRASÍLIA - Igreja Episcopal Anglicana do Brasil
Luiz Caetano Grecco Teixeira, ost INTRODUÇÃO BÁSICA À LITURGIA CRISTÃ (II) 96.LIT.02 10
33. Toda acción simbólica es un lenguaje (conjunto de señales organizados que expresan ideas) simbólico (se usan símbolos, los significados van más allá de las señales). Como todo el lenguaje, no es asimilado y comprendido de forma inmediata pues necesita un tiempo de asimilación, una vivencia. En la medida que se va viviendo y se va repitiendo el lenguaje, se va comprendiendo cada vez con más profundidad los significados y los sentidos. Así también pasa con un cuadro, una pintura, una escultura. Necesitan de un tiempo de contemplación para que podamos entenderlos. Hay que visualizar los colores, los movimientos representados para comprender la totalidad de la obra. Un poema o mismo un texto, para ser entendido, necesita ser leído más de una vez, para que entremos en sus palabras y de esa manera comprender la idea que el autor quiere transmitirnos. A su vez, la contemplación más tardía de cualquier obra que manifieste la sensibilidad humana, puede llevar a otras interpretaciones, al descubrimiento de otras ideas que van mas allá de dónde el autor quería llegar. Hay un sentido unánime de fondo, pero la comprensión puede ser más grande o más profunda conforme la disposición interior del que la experimenta. La riqueza del símbolo es inagotable.
34. Así también con la Liturgia: ni siempre los ritos son entendidos de manera inmediata. La repetición de los ritos, en conjunto con las vivencias personales de fe y al proceso de formación y educación cristiana, permite la comprensión paulatina. Y como sucede con los símbolos, es siempre posible enriquecer la acción simbólica con nuevos significados.
III. La Tradición en la Liturgia
35. El concepto de rito, especialmente de ritual, está relacionado a la idea de tradición. Tradición significa transmisión, lo que se transmite con el tiempo. La mayor parte de nuestros ritos sociales son heredadas del pasado y caracterizan nuestra cultura.
36. Hay gente que se opone a la tradición como si el hecho de ser heredad de pasado fuese algo malo. Quien piensa de esa manera, confunde tradición con conservadorismo. La tradición no es algo inmóvil, fijo en el pasado, pero si el resultado de un proceso que está en curso en las sucesivas generaciones y en la historia. Todo grupo humano se mueve en la historia: su cultura incorpora experiencias del pasado y del presente, usos y costumbres que fueran adecuadas en algún momento. Incorporar las experiencias vivenciadas y transformarlas en algo dinámico en el presente y en la construcción del futuro, es función de la tradición. Cada nueva generación recibe las tradiciones del grupo, se identifica con ellas justamente por sus tradiciones, las interpreta y las enriquece y así, las transforma. Las tradición es esencialmente dinámica en la historia de cualquier grupo.
37. En la Liturgia Cristiana eso también sucede. Los cristianos, como grupo histórico y fundamentalmente comunitarios, tienen sus tradiciones y no se escapan de ese proceso histórico. La Liturgia Cristiana es un conjunto de acciones simbólicas (ritos) que da identidad a los cristianos.
38. Por ejemplo, el Apóstol Pablo, cuando habla de la manera de celebrar la Eucaristía, habla en lo que fue recibido por el Señor y establece la base del rito eucarístico (cf. 1Cor 11,23-26). El pan y el vino pasaron a ser tradicionalmente los elementos básicos del rito las palabras pronunciadas por el Señor, “toma y come... toma y come... “ y el gesto de mostrar el Pan y en Vino se transformó en la base tradicional para esa ceremonia.
39. Heredamos, de la Iglesia Primitiva, los elementos básicos del Bautismo: el agua y el hecho de la acción ser realizada en nombre de la Santísima Trindad por eso se mantuvo inalterado en el tiempo y es característica de la identidad del bautismo cristiano. Todavía, el ritual y la ceremonia no se mantuvieron los mismos, pero se fueron se modificando solamente con el tiempo. La tradición del bautismo entre los cristianos se enriqueció por las distintas generaciones y culturas dónde la fe cristiana estaba presente y el testimonio de la salvación de Dios en Jesucristo. Hoy, las formas de administrar el bautismo cristiano no son uniformes o idénticos en todos los lugares. Pero todos mantienen la misma base, con diferencias de contexto.
40.Siempre hubo y hay, en la liturgia cristiana, ritos y símbolos relacionados a una época o a una cultura de tradiciones locales. Y estos ritos y símbolos sufren cambios con el tiempo y el lugar. La liturgia es periódicamente modificada, revisada y adaptada en todas las Iglesias cristianas especialmente los rituales y las ceremonias. De tiempos en tiempos, la Iglesias revisan (hacer de nuevo) los manuales de culto, para que estén adaptados a la época. Eso no es negar la tradición o sencillamente innovación, pero si renovación (hacer nuevo), es actualizar la tradición. Esta se mantiene y se enriquece, traduciendo siempre la universalidad en el tiempo y en el espacio de la comunidad cristiana. Las bases de los ritos no son y no pueden ser cambiadas porque garantizan la identidad de la fe y de la Iglesia, pero la tradición es enriquecida.
41. La Liturgia Cristiana es siempre una expresión de fe bíblica de las comunidades de todo el tiempo y lugar. A veces, esa fe bíblica no es estática, fija, inmóvil pero fundamentada en la Palabra Viva, actuante y dinámica de Dios de vivos y no muertos, Aquél que se rebela en la realidad histórica a las personas, no solamente como revelación en un pasado distante pero como Buena Nueva en el presente Aquel que era, que es lo que viene.
42. Por eso, la comunidad cristiana esta siempre en reflexión con relación a la Escritura recibida (tradición escrita), en el contexto de su presente y en la realidad en que está ada como grupo humano en testimonio de Cristo. De esa reflexión sobre la Escritura nace la revelación, la Palabra Viva se manifiesta y se descubre la Buena Nueva que será testimoniada y vivida por la comunidad en el tiempo y en la realidad del presente. Eso se refleja en la Liturgia de la comunidad: la acción simbólica es enriquecida, renovada y transformada. La tradición, heredada desde la Iglesia Primitiva – la fe que viene de nuestros padres – es enriquecida.
43. Solamente la idolatría y la magia se presentan como estáticas y fijas, no incorporándose a la vida, porque son fines en si mismas, presuponen una postura “tradicional” y esencialmente inmutable. Eso será tema para el próximo texto.
Bibliografía: sugerencias de lectura:
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Lexicon -Symbole”].
VASEY, Michael – The Anglican Way of Worship in: Celebrating the Anglican Way. [Ed. Ian Bunting]. London
Hodder & Stoughton Ed. (1996) pp. 82-96.
Cadernos do Centro Anglicano de Teologia -DIOCESE ANGLICANA DE BRASÍLIA - Igreja Episcopal Anglicana do Brasil
Palabras relacionadas
es, símbolo, liturgia, pero, señal