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18 de enero de 2010

Semana de Oración por la unidad de los Cristianos

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 Propuesta celebrativa para la clausura de la Semana de Oración por la Unidad de los cristianos en Cuba

 

SEMANA DE ORACIÓN

POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS

CLAUSURA 25 DE ENERO 2010

C:   celebrante

A:   asamblea

L:    lector

 

Canto:

Procesión de los oficiantes

Introducción

 

Palabras de acogida a la celebración por el párroco de la Iglesia que nos acoge.

Asamblea en pie.

C: Que la gracia y la paz de Dios nuestro Padre, de nuestro hermano Jesucristo y del Espíritu Santo esté con todos ustedes

A: Y con tu espíritu.

 

C. Espíritu Santo de libertad:

mientras que los pobres esperan que las riquezas estén compartidas

y que las injusticias cesen,

mientras que la Iglesia aspira a la unidad,

ayúdanos a ver estas dos aspiraciones como la trama de los hilos esenciales de un único boceto.

¡Aviva nuestro espíritu y nuestra imaginación para que sepamos tejerlos juntos

siguiendo los pasos de Jesucristo para la vida del mundo y la gloria de Dios!

 

Nos sentamos todos.

Dividimos la asamblea: A1 y A2:

A 1 ¿“Por qué buscan entre los muertos al que vive?”

A 2 Sé lo que significa perder a alguien./ Conocí las lágrimas y la desesperación.

Sentí el peso de la piedra que aplasta toda esperanza/ y que aparta lejos de Dios.

A 1 Pero no es Dios sino nosotros mismos los que ponemos las piedras en el camino/

Poco a poco, la luz volverá de nuevo/ Cristo se manifestará en el afecto de un amigo/

en la acogida de un vecino/ en la amabilidad de un extranjero.

A 2 Es necesario conocer la muerte para poder renacer.

He visto la muerte volviendo de nuevo a la vida: cuántos héroes anónimos en nuestras comunidades/ cuánta vida generada en el dolor.

A 1  De todo eso, nosotros somos testigos.

Todos   juntos: Rogamos por todos los que tienen necesidad de que la piedra esté rodada.

Damos gracias por todos los que han tenido experiencia de la resurrección en esta vida.

Alabamos a Dios, la gloria de Cristo resucitado que nos da la esperanza inquebrantable en la vida eterna.

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A1 “Seguramente tú eres el único en toda Jerusalén que no se ha enterado de lo que ha

pasado allí estos días”.

A 2 En la actualidad, estoy informado de los desastres que tienen lugar al otro lado del mundo. Con todo, no soy consciente de las pruebas que sufren mis vecinos

y no sé quien celebra fiesta muy cerca de aquí. Me siento extranjero en mi propio país.

A 1 A veces es necesario guardar silencio. Si observamos y escuchamos, encontraremos a Cristo en el otro. Si nos miramos, encontraremos a Cristo en nosotros mismos. Y si nos cuestionamos y aceptamos nuestra debilidad, el Espíritu Santo nos mostrará lo que Dios espera de nosotros.

A2 “¿No tenía que sufrir el Mesías todo esto antes de ser glorificado?”

A 1 Vi la inhumanidad del hombre hacia el hombre, en hombres, mujeres y en seres apenas salidos de la infancia. Vi sufrir personas que amo y no supe reducir el peso de su cruz. A veces, grito: ¿Por qué, Dios mío, por qué?

A 2 Hay muchos motivos de sufrimiento: La guerra, el terrorismo y la crueldad humana nos recuerdan que cada palabra, si lo queremos, pueden convertirse en realidad:

pero tenemos necesidad del amor en el nombre de Cristo. No podemos hacer cesar el sufrimiento, la enfermedad, la muerte pero podemos comprender y participar en el dolor, en el amor.

A 1  De todo eso, nosotros somos testigos.

Asamblea (todos juntos): Pedimos por todos los que viven situaciones trágicas.

Damos gracias por los organismos internacionales de ayuda humanitaria,

por los servicios urgentes y las personas que se sacrifican personalmente para ayudar a su próximos. Alabamos a Dios por el don y la fuerza de la oración -porque siempre hay algo que podemos hacer; algo por lo cual podemos orar-.

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A 1 ¿Pues qué ha pasado?”

A 2 Mi fe es preciosa/ Me enganché en los momentos más difíciles.

No puedo imaginar vivir sin ella/ Deseo transmitirla a los pequeños.

A 1 No podemos dejar esta responsabilidad a los otros.

Estamos llamados a testimoniar nuestra fe. En todas las épocas, hombres y mujeres anunciaron la Palabra de Dios y la oscuridad cedió el paso a la luz.

A 2 Hoy nos acordamos de los que fueron inspiradores de nuestra fe:

Nuestros padres, nuestros abuelos o parientes, nuestros pastores, todos aquellos que nos ayudaron en el camino de la fe y que nos enseñaron la fidelidad.

Todos juntos:  Pedimos por todos los que guardan la fe en el mismo Cristo al precio del ridículo, de la persecución o la muerte. Damos gracias por los que nos influyeron.

Y en silencio, damos gracias por todas las cosas de la fe que más valoramos. (silencio)

Todos: Alabamos a Dios por su fidelidad que es eterna. (Amén).

 

Celebración de la Palabra

Primera Lectura:

Salmo: cantado

Segunda Lectura:

Evangelio: Lc 24,

Predicación (Obispo Miguel Tamayo, Iglesia Episcopal)

Canto meditativo

 

Símbolo Niceo-Constantinopolitano

L: Juntos profesemos ahora nuestra fe.

A: Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilatos. Fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso. De allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén

 

Canto

 

Padre Nuestro

C: Oremos a nuestro Padre Dios, sintiéndonos una sola familia.

Todos en pie: Padre nuestro….

 

Intercambio de la paz

C. Jesús que dijiste a tus apóstoles: “La paz les dejo, mi paz les doy”, mira la fe de tus fieles y condúcelos a la unidad perfecta, Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

A. Amén.

C. La paz del Señor esté siempre con ustedes.

A. Y con tu espíritu

C. Intercambiemos un signo de paz

 

Oración de compromiso

C. Oremos juntos:

A. Dios de amor, nos has mostrado tu Rostro en Cristo.

Reconocemos que es compartiendo nuestros dones con los otros como te encontramos a ti. Danos la gracia de estar unidos cuando caminamos juntos y de reconocerte en cada uno de nuestros hermanos. Acogiendo al prójimo en tu nombre, haz que demos testimonio de tu justicia y tu misericordia y que nuestra vida diga a todos que eres el Dios del amor.

 

Bendición final

C. La Buena Noticia de la Resurrección de Jesús nos ha sido anunciada: “Nosotros somos sus testigos”. Caminemos en la paz de Cristo. ¡Aleluya!

A. Demos gracias a Dios. Amén. ¡Aleluya!

C. Hoy Cristo resucitado nos proclama: “Como el Padre me envió, así yo también los

envío…”

A. Amén ¡Aleluya!

 

C. “La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios Padre, y la comunión del Espíritu Santo esté siempre con ustedes.”

A: Y con tu espíritu.

.C: Y la bendición de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo desciendo sobre todos nosotros.

A: Amén

 

Canto de envío

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dios, todos, espíritu, padre, cristo

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