Red de liturgia

Desde niña(o), con la inocencia de esos años,
al mirar tu bello rostro, madre mia
y tocar tu delicada piel lozana,
pensaba que asi siempre te conservarias
que el tiempo para ti no pasaria,
y que motivo para estar cansada no tendrias.

No te imaginaba con cabellera cana,
tampoco que abuela alguna vez serias
que nunca tu imagen cambiaria
que igual, cada manana, despertarias.

Hoy, al verte tu piel envejecida
es, madre mia, un privilegio todavia
abrazar tu cuerpo ya encorvado
poder ayudar a tus piernas ya cansadas
y besar tu arrugada frente madre mia.

Gracias, Senor, por este privilegio
al recordar mis dias de colegio,
cuando aun en mi candida inocencia
lloraba largas horas por tu ausencia.

Yo deseo conservar tu imagen madre mia
hasta el dia y mas alla de tu partida
para que en vez de llorar, sonria
al saberte, por el Padre recibida.