Autor/es: Ruben Yennerich
Visto: 3092 veces
Un sembrador había arado su tierra, luego había rastrado para
sacar los yuyos secos y romper los terrones, después había alisado la
tierra para dejarla pronta para la siembra, y se disponía a sembrar
la semilla que esperaba seleccionada de la pasada cosecha.
Vió entonces a un sembrador vecino, regar su campo con una
extraña máquina que parecía un insecto gigante, que a los pocos días
dejó como quemados todos los yuyos. Al tiempo observó con asombro el
paso por el mismo campo de un raro arado y sembradora simultánea, que
dejaba una perfecta hilera de semillas sembrada sin remover la
tierra.
Buscó al conductor del tractor y observó que no había
nadie conduciendo. Se dio cuenta entonces que había llegado al "pago"
una era de comando satelital, de siembra directa y de
biotecnologías químicas "Nonsantas".
Volvió a su casa perplejo, tomó la Biblia, y se encontró con la
parábola del sembrador. Pensó entonces risueñamente que tal vez
habría que agregarle a la parábola nuevos versículos, o sencillamente
cambiar de fe. Y como no era muy afecto a cambiar de ideas -por lo
menos las que consideraba importantes- Comenzó entonces a escribir
una nueva parábola del sembrador con cierta inspiración nacida de la
rebeldía y con una fuerte carga de ironía evangélica.
LA PARÁBOLA DEL SEMBRADOR EN VERSION ACTUALIZADA
1 Un sembrador salió a sembrar. Y al sembrar una parte de la
semilla cayó en el camino. Llegaron las aves y no se la pudieron
comer, porque contenía un producto químico que les repelía. Otras,
que lo podían soportar, se murieron debido a que contenía un
producto que las envenenó; cayendo fulminadas, contaminando y
envenenando a todo ser viviente que las tocase. Algunas de esas
semilla nacieron y dieron exactamente la cantidad de granos para las
que estaban programadas.
2 Otra parte cayó entre las piedras, donde no había mucha tierra;
y la semilla brotó pronto, porque la tierra no era muy profunda, y al
salir el sol, éste no pudo quemarla porque estaba genéticamente
preparada para ello. Y dio cada semilla la cantidad de granos para la
que estaba programada.
3 Otra parte de la semilla cayó entre los espinos , y los espinos
al ser rociados con glyphosato post-emergente, al alcanzar
determinada altura se secaron desde la raíz y dejaron nacer a la
semilla. Que dio por grano exactamente la cantidad para la que había
sido programada, porque estaba preparada para que el glyphosato no le
hiciera daño.
4 La otra parte cayó en buena tierra, y crecieron igualmente
todas las semillas, las cuales fueron sembradas en hilera y sin
necesidad de rotular la tierra. Y dieron cada una de ellas todos los
granos para las cuales fueron programadas por los ingenieros
genéticos. Pero todas esas semillas eran híbridas o estériles, y
nunca más pudieron ser sembradas nuevamente, porque no darían grano
nuevo.
5 El sembrador finalmente estaba atrapado, porque deberá comprar
entonces siempre cada año la misma semilla programada y pagarla al
precio que el dueño de la patente de la semilla disponga.
6 El que aún no lo vió, que lo vea, y se prepare a comer los
productos de esos granos. A menos que quiera ver y comer algo
diferente.
7 Entonces cuando Jesús se quedó con los discípulos y con la
gente que estaba con ellos, les dijo:
8 -No entienden Ustedes esta parábola, cómo entonces van a
entender las trampas del sistema.
9 Hay quienes son como las semillas que cayeron en el camino, no
tienen escrúpulos al impedir que los ciclos naturales se cumplan y
los intentan romper a toda costa, contaminando y matando al sólo fin
de la eficiencia y el lucro. Tienen su corazón genéticamente
transmutado de manera que producen para lo que el mercado los
programó y con el sólo interés de cosechar con eficiencia y dar
ganancias. Satanás les ha robado el corazón.
10 Otros son como las semillas sembradas entre las piedras, Son
tan insensibles a las circunstancias que los rodean y al sufrimiento
de los demás, que igualmente están preparados para rendir y dar
ganancias en la competencia del mercado lo más rápidamente posible.
Ninguna prueba les cambia la programación de su corazón genéticamente
transmutado. Están preparados a ganar a cualquier precio y en
cualquier circunstancia. Tienen el corazón de piedra, que les ha
puesto Satanás.
11 Otros son como la semilla entre los espinos muertos. En
realidad los espinos no pueden ahogarlos, porque han adoptado la
misma fuerza de los espinos, y como los negocios y las riquezas de
este mundo son parte de su sabia, son iguales a ellos, es más se
combaten entre ellos, compiten por lo mismo y son capaces de ganarles
en su mismo terreno. Tienen el corazón genéticamente transmutado y
son capaces de ahogar a sus medio hermanos. Satanás ha hecho esto.
12 Pero hay otros que aún teniendo buena y sana tierra, y
posibilidades para dar vida de otra forma, no quieren ni pueden dar
otro fruto, y se limitan a seguir dando los miserables mismos granos
para los cuales han sido programados. Estos han sido castrados hasta
en su posibilidad de cambio, y ni siquiera se permiten soñar otro
destino, otra tierra, y otra semilla. Su corazón genéticamente
transmutado solo está destinado a producir un pan insípido que no
satisface el paladar, ni sacia el hambre. Satanás ha logrado esto.
13 Pero no desesperen, aún quedan algunos sembradores que guardan
viejas semillas, puras y fértiles. Semillas que tienen el corazón
lleno de vida,y son verdaderos gérmenes de vida abundante y de pan
que sacia cuerpo y alma.
Esos pocos sembradores y sembradoras que algún día serán muchas, solo
esperan por la buena tierra. Por un pedazo de tierra sana. Semilla
buena, ideas, y ganas de trabajar no le faltan. Nuestro Padre así lo
quiere.