Red de liturgia

Te damos gracias, Padre y Señor nuestro
por todas las bendiciones que receibimos de ti.
Por la belleza de tu creación, que podemos apreciar en la tierra generosa,
en las aguas de nuestros benditos ríos,
en el cielo que nos cubre a todos por igual.
Por tus múltiples obras, por la sabiduría amorosa con que lo has hecho todo.
GRACIAS, PADRE Y SEÑOR NUESTRO. GRACIAS, SEÑOR.

Porque nos has permitido conocerte en Jesucristo y nos llamas a ser hijas e hijos tuyos, porque tu amor nos mueve a responderte con nuestro amor, porque nos has puesto en paz contigo, porque nos has librado de los poderes del mal.
GRACIAS, PADRE Y SEÑOR NUESTRO. GRACIAS, SEÑOR.

Porque en medio de los problemas y dolores
la victoria de Jesús en la cruz nos consuela
y nos da la alegría de celebrar tu compañía,
lleva la paz a nuestros hogares en medio de las dificultades, nos hace solidarios ante las necesidades de nuestra sociedad, nos inspira lealtad en la amistad, gratitud en la salud, fortaleza en nuestras debilidades. GRACIAS, PADRE Y SEÑOR NUESTRO. GRACIAS, SEÑOR.

Porque tu amor de Madre y de Padre nos reúne en esta hora por inspiración de tu Santo Espíritu y en el vínculo de la paz para dar testimonio de la unidad en ti, un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos,
que está sobre todos, por todos y en todos.
Porque nos guías para rendirte un culto de alabanza y de servicio, dirigidos por el Espíritu Santo, que en la comunión perfecta contigo y con tu Hijo vive y reina eternamente. Amén.


Como cada día posterior a la fiesta nacional de la Declaración de la Independencia (del Imperio Portugués), el 25 de agosto de 1825,
católicos y metodistas nos reunimos para orar por la Patria. Esta oración de acción de gracias fue presentada por los diáconos
locales de la Iglesia Metodista.

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