Visto: 2366 veces
Dios misericordioso, nos ponemos en tus manos como humanidad toda, dándonos cuenta de nuestros fracasos, de nuestros odios inhumanos, de nuestras injusticias y del desprecio por la vida.
Pedimos, Dios nuestro, que nos des una nueva humanidad.
Dios misericordioso, ponemos en tus manos nuestro país, especialmente los sectores más desfavorecidos, quienes no tienen trabajo, quienes no pueden acceder a la tierra, quienes claman desde los márgenes.
Buscamos, Dios nuestro, hallar la forma justa de distribuir lo que nos has prestado.
Dios misericordioso, ponemos en tus manos nuestro pueblo, sus luchas, sus búsquedas, sus anhelos, confiando en que amorosamente escuchas nuestra oración.
Llamamos, Dios nuestro, para que abras las puertas de tu Reino que viene a nuestro encuentro.
Te lo pedimos en el nombre de tu Hijo Jesús, nuestro Salvador,
Amén.
P. Maximiliano A. Heusser
Coord. Red de Liturgia del CLAI