24 de abril de 2009
Miércoles de Ceniza
Autor/es: Julio R. Vargas-Vidal
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Joel 2.1-2, 12-17 o Isaías 58.1-12
Salmo 51.1-18
2 Corintios 5.20b-6.10
Mateo 6.1-6, 16-21
Este es el miércoles que da inicio al período conocido como Cuaresma. El nombre dies cinerum (día de las cenizas) se encuentra ya desde el siglo VIII en los sacramentarios gregorianos. En este día todos los fieles, de acuerdo a una costumbre muy antigua, eran exhortados a ir al altar antes del comienzo del culto donde el sacerdote, sumergiendo su dedo en cenizas, marcaba sus frentes con la señal de la cruz, diciendo: "Recuerda que eres polvo, y al polvo volverás", ésta una afirmación muy bíblica. Las cenizas se hacían quemando las palmas utilizadas el Domingo de Ramos del año anterior.
No hay dudas que la costumbre de distribuir cenizas a los creyentes, salió de una imitación devota de la práctica observada en el caso de los penitentes públicos. Ya se sabe que la práctica era observada por cleros y creyentes para el 1091.
Como buenos cristianos que somos, vayamos a la Biblia. En los libros del Antiguo y Nuevo Testamentos, los hombres que se arrepentían de sus pecados se echaban cenizas y vestían sus cuerpos con tela de saco. La práctica fue acuñada por la iglesia para comenzar de esa forma penitencial la Cuaresma, significando que debían arrepentirse de sus pecados durante toda la Cuaresma.
Es entonces que el Miércoles de Ceniza es una celebración cristiana que da comienzo a la Cuaresma. Este es un tiempo litúrgico de conversión, que nos preparar para la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
(A continuación, un orden de culto para Miércoles de Ceniza, sacado de Chalice Worship, libro de recursos de adoración de la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en EE.UU. y Canadá)
Humillándonos ante Dios
Culto Miércoles de Ceniza
Llamado a la adoración
"Pero ahora —lo afirma el Señor—, vuélvanse a mí de todo corazón.
¡Ayunen, griten y lloren!" ...y desgárrense el corazón en vez de desgarrarse la ropa!
Porque el Señor es tierno y compasivo, paciente y todo amor, dispuesto siempre a levantar el castigo. (Joel 2.12-13)
Himno
Oración
Todopoderoso y Eterno Dios, tú no odias lo que has creado y perdonas los pecados de toda persona penitente. Crea y haz en nosotros corazones nuevos y contritos que, lamentando nuestros pecados y reconociendo nuestra maldad, podamos recibir de Ti, Dios de misericordia, perdón y paz perfecta a través de Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Declaración de Propósito
Hermanos y hermanas, amigos y amigas de Cristo, hoy comenzamos un peregrinaje de 40 días hacia la Pascua. Entramos en la Cuaresma para prepararnos para recibir al Cristo resucitado con vidas renovadas por el soplo de Su Espíritu.
Asumimos una disciplina de auto evaluación, confesión y penitencia.
Dedicamos nuestro ser a meditar en las Escrituras y conversar con Dios en oración.
Añoramos ser discípulos más fieles de Cristo cuyas vidas sean moldeadas por Aquel
que confesamos como Señor y Salvador del Mundo. A este fin, adoremos a Dios.
Primera lectura: Isaías 58.1-12
Segunda lectura: 2 Corintios 5.20b-6.10
Himno
Lectura del Evangelio: Mateo 6.1-6, 16-21
Sermón
El Signo de las Cenizas
Desde tiempos antiguos, los cristianos, en este día buscaban en sus corazones y añoraban ser limpios de pecado. Han buscado reconciliación con Dios, y con el prójimo.
Han recibido cenizas marcadas en sus frentes como señal de su pecado desfigurado y de su propia mortalidad.
Oración sobre las cenizas
Todopoderoso Dios, nos has creado del polvo de la tierra,
Que estas cenizas sean para nosotros señal de nuestra mortalidad y penitencia,
para que podamos recordar que sólo por tu don de gracia
se nos da vida eterna
a través de Jesucristo nuestro Salvador. Amén.
Imposición / repartición de cenizas (Se invita a la congregación a pasar al frente para recibir las cenizas. Al repartirla, las palabras siguientes se dirán:)
Recuerda que polvo eres, y al polvo regresarás.
Acto de penitencia y reconciliación
En temor, pero también en esperanza, venimos juntos con cenizas. El planeta se muere en nuestras manos la gente se busca para obtener alimento y fortaleza, solamente para ser rechazada por otros y otras. Cada día vivimos en muerte, y aún así nos creemos buenos y buenas. Dediquemos 40 días para mirar nuestra supuesta cualidad buena y ver qué realmente está cubriendo. Entonces, nos uniremos en tomar la cruz que nos toca arrastara en este mundo, pues solo hay un mundo y una sola raza humana. Unámonos en oración respondiendo a cada petición con las palabras del salmista: "Escucha Señor mi oración". Oremos:
Que como Discípulos de Cristo (u otra denominación) empecemos a utilizar nuestras manos, pies, finanzas, tiempo y energía para el bien de los pobres, oremos al Dios de misericordia.
Escucha Señor mi oración.
Que toda la ciudadanía se percate que el cuidar al prójimo conlleva más que dar dinero, oremos al Dios de misericordia.
Escucha Señor mi oración.
Por los necesitados, que no queden desposeídos y en soledad, oremos al Dios de misericordia.
Escucha Señor mi oración.
Por todos nosotros aquí, que podamos ser honestos en admitir nuestro egoísmo y reconocer qué debemos hacer para remediar nuestra falta de amor, oremos al Dios de misericordia.
Escucha Señor mi oración.
Por aquellos que comparten el amor de Cristo hacia los pecadores, oremos al Dios de misericordia.
Escucha Señor mi oración.
Dios misericordioso, las cenizas son nuestra promesa en tomar la cruz de la vida. Salimos de la tierra y volveremos a ella. Mientras tanto, comenzando con estos 40 días, trataremos de vivir aquí y hacerlo un mejor hogar para todos y todas. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Declaración de la misericordia de Dios
Escuchen las buenas nuevas del amor reconciliador de Dios para todos, y crean:
Por medio de Cristo, Dios reconcilió a todo el universo, haciendo la paz mediante la sangre que Cristo derramó en la cruz –ordenándolo hacia él, tanto lo que está en la tierra como lo que está en el cielo. (Colosenses 1.20, Alt.)
Dándonos la Paz
Himno
Bendición
Santo Dios, a través de la disciplina de estos 40 días,
Haz que el fuego purificador de tu Espíritu nos queme dentro.
Levántanos de las ascuas moribundas de nuestra falta de atención.
Márcanos con la señal de tu santa pasión.
Alístanos para responder el llamado de Jesucristo. Amén.
Palabras relacionadas
dios, cenizas, señor, cristo, oración