Autor/es: Johnson Gnanabaranam
Visto: 3058 veces
Los ojos que no se entristecen y lloran con los que sufren no pueden ver al Dios misericordioso.
Los oídos que se cierran ante el clamor de los pobres no pueden oír la voz de Dios
Los labios que no dan testimonio del amor de Cristo no pueden alabar de verdad a Dios
Las manos que no se mueven para ayudar a quién lo necesita no pueden saludar a Dios
Los pies que no acuden al encuentro del prójimo, no pueden ir al encuentro del Señor.
Querido Padre, gracias por mis ojos y oídos,
mis labios, manos y pies.
Dame un corazón lleno de amor para que todos los miembros de mi cuerpo puedan hacer lo que tú quieres.
Hacia ti extendemos nuestras manos y te pedimos:
Dios, ten piedad de nosotros.
Trad. Karin Schnell