Red de liturgia

Poesías, comidas, ilusiones
Hay gran ajetreo en la comunidad, ¿que será lo que pasa?
Al parecer todas las personas comentan la misma noticia, veo sus
caras alegres. Habrán visto un bicho extraño... Espera, pero yo no
soy nada extraña, porque ya veo que las miradas giran hacia mí.
¿Por qué será? ¿Qué día es hoy?
Parece ser un día normal, como aquellos en que lavaba la ropa,
hablaba con las amigas... Pero, ¿qué es lo nuevo?
¿Qué hago aquí?... Las luces no están puestas en ese árbol de mil
colores, las ropas no han sido sacadas de los baúles de las abuelas…
¿Será que podré usar mis ropas, que los zapatos que me regaló José
podrán recibir algún rayo de luz?
Todo parece indicar que sí. Me han pedido que haga copias del canto
que aprendí con mi prima y que solía vivir en mis andanzas.

Las noches han vuelto a ser como antes. Poesías, comidas, ilusiones,
confabulaciones con los amigos y amigas de Jesús, de ese Hijo con
quien vi que mis sueños de mujer joven no eran mentiras.

Estoy de nuevo en mi lugar. Me han sacado de aquel rincón, me han
quitado aquellas ropas viejas y gastadas por tantos años de uso.
Ahora llevo las mías, las de mujer, las que hice con mis manos, con
los retazos que me regalaron Juana, Susana, y hasta la otra María -la
Magdalena. No las que me pusieron quienes querían que yo pronunciara
palabras que no conocía, ideas que nunca tuve.
Aquí estoy, pobre y amante de la vida y los sabores…
Pero no quiero estar sola, quiero que caminemos juntos y juntas en
armonía.

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