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24 de abril de 2009

Ideas para elaborar una liturgia para la fiesta de Trinidad

Autor/es: Digno Rosin

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La fiesta de la Trinidad es muy antigua, glorias o doxologías como respuesta del pueblo, en anticipando el Amén, dan testimonio de ello. La liturgia tradicional tiene mucha riqueza para esta celebración. Pues además de los "glorias" están los "kyries" y "Credos" (Apostólico, Niceno, y especialmente el Atanasiano, que por sus extensión es poco usado litúrgicamente, pero es el credo trinitario por excelencia)

La fiesta de la Trinidad marca el principio del tiempo litúrgico para la iglesia (época no festiva, hasta el adviento). Y es interesante esto porque la iglesia se construye sobre un Dios en Tres personas.
Un Dios pleno, entero. Tal vez un enfoque temático puede ser el "equilibrio" de los énfasis que hacemos en las diferentes
personas y su "complementariedad", es decir el cuidado en presentar las manifestaciones u obras de cada Persona en consonancia con las otras Personas. Por ejemplo si el Padre ama y envía a su Hijo, la misión del Hijo pasa por la cruz y la resurrección y en consecuencia la misión del Espíritu es crear la fe en ese Cristo crucificado y resucitado, a fin de traernos de vuelta al seno del Padre creador, unirnos a El, con Cristo como camino y el Espíritu como la
dynamis, o fuerza obra interiormente ese retorno. Puede ser importante enfatizar
ese movimiento "circular" a fin de reconocer la Tri -unidad.

A pesar de las definiciiones que pretendemos darle, la liturgia de la fiesta de la Trinidad debe conservar su carácter de misterio, porque al final de cuentas a la Trinidad no se la razona, se la alaba. Dios
no puede ser encasillado en nuestros moldes. Un Dios a nuestra medida y previsible deja de serlo. Su mente e ideas están muy encima de las nuestras (Isaías 55).

Fijémonos en estos pasajes que son un canto a la interrelación entre las personas y que como tal invitan mucho más a la adoración
del misterio trinitario que al análisis: Juan 16:15 Gálatas 4:4-6 Efesios 4:4-6 1 Corintios 12:4-6. Alguien dijo que el tres es el número perfecto: "El matrimonio
busca el hijo, no hay dos sin tres, a partir de tres se conforma un grupo, etc." ¿Tendrá alguna razón ya que Dios es trino?.

Podemos tener en cuenta el número tres en todo: Por ejemplo para el Altar: Si usamos velas, que ese día sean tres.

Para grandes y especialmente chicos se puede ver o incorporar alguna de estos ejercicios que nos recuerdan cómo la naturaleza, creación de Dios, refleja un Dios trinitario:

- Ejercicio Auditivo: En algún instrumento, tocar una tras otra las notas de un acorde: ej. Do, Mi, Sol. Después de esa apreciación
individual tocar las tres a la vez. Apreciar su belleza y sonido pleno. Relacionar con la plenitud y belleza de la Trinidad.

- Ejercicio Visual: Los tres colores primarios, rojo, amarillo y azul que combinados en mayor igual o menor proporción, forman todo el espectro de colores posibles. Puede hacerse con témpera, o con papel celofán (donde conviene tener al menos tres trozos de cada color
primario). Relacionar con la "policromía", "multiforme gracia" de
la Trinidad en dones tan diversos en sus hijos. ¿Cómo tres colores pueden dar tantos?.

- El ejemplo del agua en tres estados: Sólido, líquido y gaseoso, por efecto de la temperatura, nos permite relacionar dos cosas:

1) Tres personas distintas pero un sólo Dios, así como las tres apariencias del mismo agua

2) La amplitud y la forma variable de la
presencia de Dios como Padre como Hijo como Espíritu Santo. como la amplitud de temperatura cambia la forma pero no la esencia, el agua.

Para la confesión esta forma conocida:

Dios y Padre, a quien conocemos por medio de tu Hijo, creador de todo lo que existe, cuyo misterio nos supera y nos rodea, cuyo amor nos envuelve y nos busca.

Todos: Ten misericordia de nosotros

Jesús hijo de María, que naciste en la pobreza y compartiste
nuestra
vida y aflicciones Palabra del Padre, que asumiste nuestra carne
Cordero de Dios, que llevas nuestro pecado Cristo victorioso que
eres nuestra paz

Todos: Ten misericordia de nosotros

Espíritu de Dios que pones orden en el caos, Espíritu de verdad que vences a toda mentira, Espíritu de vida , aliento y sostén de tu pueblo Espíritu Santo, que te acercas a nuestros espíritus confirmándonos como hijos.

Todos: Ten misericordia de nosotros.

El Himno infaltable: "Santo, Santo, Santo" escrito por un pastor anglicano, Reginald Heber, misionero en la India. Este himno conocido y de melodía excelsa puede encontrarse en prácticamente todos
los himnarios con cierta tradición. No en vano su melodía lleva el nombre de "Tonada de Nicea", en alusión a este renombrado concilio del siglo 4, que reafirmó la enseñanza de la Trinidad muy amenazada,
rescatándola para siempre.

El chamamé "Dios familia", del sacerdote contemporáneo Julián Zini, puede ser una opción en donde lo conozcan. Con el "Padre y Madre" sintetiza la idea del "Padre Creador" la primera persona de la Trinidad.

Cada vez que nos juntamos
siempre vuelve a suceder
lo que le pasó a María
y su prima la Isabel
No bien le reconocieron
Se abrazaron y su fe
Se hizo canto y profecía
casi, casi un chamamé

Estribillo:
Y es que Dios es Dios familia,
Dios amor, Dios trinidad
De tal palo tal astilla
somos su comunidad
Nuestro Dios es padre y madre
Causa de nuestra hermandad
Por eso es lindo encontrarse
Compartir y festejar.

Cada vez que nos juntamos
siempre vuelve a suceder
lo que dice la promesa
de Jesús de Nazareth
Donde dos o más se juntan
En mi nombre y para bien
Yo estaré personalmente
Con ustedes yo estaré

Cada vez que nos juntamos
Siempre vuelve a suceder
Lo que le pasó la gente
Reunida en Pentecostés
Con el Espíritu Santo
Viviendo la misma fe
Se alegraban compartiendo
Lo que Dios les hizo ver.


Las lecturas:

- Deuteronomio 6:4-9. Enfatiza la unicidad de Dios, (Los tres son uno) y la transmisión de la fe cristiana como un don que Dios
encomienda a la familia. La familia cristiana no puede delegar esto,
para no descontextualizar su esencia hogareña, comunitaria. En familia se asimila a Dios porque Dios es familia.

- Romanos 8: 14-17. El Espíritu es el camino, la fuerza que une y vence todo temor. El Padre el horizonte y regazo dónde derramar nuestras penas, no distante y señoreal sino familiar y tierno (Abbá
no es Padre sino papá)y el Hijo el modelo (muerte y resurrección) de lo que somos llamados a ser.

- Mateo 28: 16 -20 Creo que para esta fiesta se alude la fórmula bautismal trinitaria. Se puede remarcar que lo de "en nombre de" no
como signo de ausencia de Dios, sino como instrumentos en sus manos.
El nombre de Dios es Dios mismo. Así lo llámamos, como cuando llamamos a alguien no viene el nombre sino la persona misma que lleva ese nombre. Por el bautismo fuimos metidos en la familia divina.
Somos hijos. Pertenecemos. Fuimos incorporados en el misterio.
Tenemos un sentido, un rumbo, una identidad. Tenemos muchísimos
prójimos, quienes por eso, son nuestros hermanos.

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dios, es, tres, trinidad, espíritu

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