Autor/es: (GG) Anónimo
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Materiales:
· 1 esponja
· 1 piedra
· 1 palangana con agua
En la celebración:
Este signo puede utilizarse en celebraciones donde el eje central sea el Espíritu Santo (por ej: Pentecostés, Renovación de
promesas bautismales). Tener en cuenta que las canciones y los textos de la Palabra de Dios elegidos, tienen que referirse a la acción del Espíritu (por ej: Jn 3,1-8, Mt 3,13-17, Jn 14,15-21, He 2,1-4.37-41,
Rom 8, 9-12.14-17, Gál 6,1-9, Ef 4,1-6, Filip 2,1-4).
Ubicar los materiales en un lugar que estén a la vista de todos, durante el mensaje, invitar a algunos a pasar y a poner la piedra y la esponja, dentro de la palangana con agua.
Entre todos ver qué sucede cuando sacamos del agua lo que hemos sumergido (la piedra sólo está mojada por fuera, si la cortáramos, por dentro está totalmente seca en cambio la esponja está llena de
agua por dentro y por fuera, cuanto más tiempo la dejamos sumergida más se llena de agua, si la apretamos recibimos de ella lo que contiene en su interior).
Comparar el agua con el Espíritu Santo (ambos permiten la Vida y el crecimiento de ella), y compararnos nosotros con la piedra o con la esponja.
Muchas veces recibimos al Espíritu de Dios con un corazón de piedra, que sólo lo recibe por fuera, y como no dejamos que su Amor nos
penetre y nos cambie por dentro, no podemos darlo a los demás, no podemos transmitir la Vida.
Otras veces nuestro corazón recibe al Espíritu como una esponja, dejamos que su Amor nos inunde y podemos ofrecérselo a los demás. ¿En qué nos damos cuenta que estamos siendo como piedras o como esponjas con el Espíritu de Dios?.
Nuestra alma es como una esponja, que sino se la llena con la fuerza y el amor del Espíritu Santo, queda seca y no puede cumplir su misión de amar como Dios nos ama.
En la Oración de intercesión, tener en cuenta los conceptos desarrollados en la homilía, por ej: "Para que el egoísmo, la envidia y el individualismo, no endurezcan nuestro corazón, oremos... Danos tu Espíritu, Señor". "Para no guardarnos todo lo que recibimos de Vos y lo compartamos con quienes nos rodean, oremos... Danos tu Espíritu, Señor".
Al finalizar la celebración, el pastor puede bendecir el agua e invitar a que cada uno moje su mano y bendiga a quien está a su lado diciéndole: "Que el Espíritu Santo esté siempre en tu corazón", o: "Que transmitas a todos el Amor del Espíritu de Dios" (si la asamblea es muy numerosa, se puede pedir que formen pequeños grupos y a cada uno de ellos acercarles un recipiente con el agua bendecida). Mientras se realiza este gesto pueden cantarse canciones apropiadas.
