24 de abril de 2009
El pan nuestro de cada día
Autor/es: Karin Schnell
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Lo que crece en los campos, en los jardines y viñedos,
bajo el sol y la lluvia, lo que los seres humanos
hemos construido con esfuerzo y sacrificio:
ese es el pan de cada día, del que vivimos,
regalo generoso de Dios:
te agradecemos, Padre.
No nos olvidemos de que hay muchos
que no pueden disfrutar de los frutos de su labor,
aunque hayan invertido en ella tiempo y dedicación,
porque hubo inundaciones o sequías en los campos,
porque se cerraron fábricas y empresas.
Muchas personas sufren hambre,
muchos niños lloran por un pedazo de pan
y un vaso de leche.
Lo que fabricaron muchas manos hábiles
en fábricas, talleres, oficinas, laboratorios,
empresas o en las casas
lo que dio alimento, salud y vestido a miles de personas:
ese es el pan de cada día, del que vivimos, regalo generoso de
Dios:
lo que necesitamos para vivir, un lugar en este mundo, una patria tan
hermosa
te agradecemos, Padre.
No nos olvidemos de que hay muchos que no reciben el salario que se merecen, y no les alcanza para vivir. Recordamos a tantos que no tienen trabajo,
que están en peligro de perder su dignidad,
que se desesperan porque no pueden sostener a sus familias
y algunos de ellos caen en la delincuencia.
Oremos por el gobierno, que el Señor lo ilumine para
que nuestro pueblo pueda reconstruirse.
Lo que necesitamos para vivir, lo que Dios,
el Padre mismo ha sembrado en nuestros
corazones a través de Su Palabra,
lo que crece y madura en nosotros en fe,
esperanza y amor, lo que nos regala
en Jesucristo, el pan de Vida:
ese es el pan de cada día,
del que vivimos, regalo generoso de Dios:
te agradecemos, Padre.
No nos olvidemos de que vendrá el día de Su cosecha,
donde nos preguntará qué hicimos con sus regalos,
si los quisimos disfrutar solos,
si los derrochamos con desprecio,
o si los recibimos con gratitud
y los compartimos con los que necesitan de nosotros.
Palabras relacionadas
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