Autor/es: (GG) Anónimo
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Salmo 103: 1-5
"Bendice, alma mía, a Jehová y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. El es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordia el que sacia de bien tu boca . De modo que te rejuvenezcas como el águila".
Cuando las águilas cumplen 40 años de vida, tienen los signos naturales del envejecimiento de cualquier ser creado. En ellas se manifiesta así:
· Su pico se curva, apunta al pecho y no les sirve para la lucha.
· Sus alas envejecidas, están pesadas por las gruesas plumas y no tienen las fuerzas necesarias para volar en las alturas.
· Sus uñas están apretadas y flexibles y no pueden sostener sus presas, de quienes se alimentan.
Pero curiosamente tienen "una segunda oportunidad" para volver a vivir otros 30 años con pico, plumas y garras nuevas. Para ello deben:
· Reconocer sus situación de falencias.
· No quedarse donde están, ni pensar que ya no pueden modificar el curso de su vida.
· Con sus últimas fuerzas, volar a las alturas y quedarse ahí, en un nido cercano al paredón de las altas montañas para no tener necesidad de seguir volando.
· Soportar un doloroso proceso de renovación de ciento cincuenta días.
· Después golpear su pico contra la pared hasta conseguir arrancárselo, y luego esperar el crecimiento de uno nuevo y fortalecido.
· Con su nuevo pico desprender una a una sus uñas, y luego esperar el nacimiento de las nuevas.
· Con las nuevas y poderosas uñas comenzar a desplumarse de las viejas y pesadas plumas, para que unas nuevas le permitan volar por las alturas con seguridad.
Entonces, y sólo luego de cinco largos meses de un proceso de transformación, tendrán la "segunda oportunidad" de otros 30 años más de vida.
Hoy somos muchos los que desearíamos una 2º oportunidad:
Una segunda oportunidad, para modificar la tarea que al concluirla, vemos que los resultados no fueron los esperados, o para corregir los errores, programar de una manera distinta las estrategias o planes de acción de nuestra vida.
Una segunda oportunidad, para dar otro orden de prioridades a la atención de la familia, los asuntos espirituales, el trabajo, los amigos, etc.
Una segunda oportunidad, para tener un carácter distinto, que nos permita escuchar más a los demás y sobre todo al Señor, en lugar de creer que solamente nuestras ideas y criterios son los mejores.
Una segunda oportunidad, ¿será posible?.
En algunos casos, lamentablemente no. Pero como en las águilas, por la misericordia de nuestro buen Dios, y si tenemos una disposición de humildad y ferviente deseo de que se produzca una verdadera "transformación y renovación"... será posible.
Necesitaremos como las águilas, reconocer nuestra situación, saber que Dios puede modificar cualquier adversidad. Debemos tener un espíritu de constancia y fuerza para el cambio. Entonces, y sólo entonces tendremos "una segunda oportunidad", pero gozando del fruto del Espíritu Santo que es: gozo, paz, paciencia, mansedumbre, templanza, bondad, esperanza,
amor, fe.
"Dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante" ( Hebreos 12:1).
Sin lugar a dudas que entonces iniciaremos un vuelo de victoria.
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