Autor/es: Cristina Dinoto
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Dios de la ternura, Cristo Resucitado, que viendo la tristeza de Pedro y sus amigos, llegaste a la playa y les diste la alegría de las redes llenas. Danos Señor la alegría de saber que también nuestras redes puedes llenar.
Dios de la ternura, Cristo Resucitado, hecho gesto diario, prendiendo el fuego para asar los pescados y cocinar el pan. Que nuestro fuego encendido, nunca se quiera apagar.
Dios de la ternura, Cristo Resucitado, llamando como un Padre a compartir el desayuno, y como la última vez, repartiendo los elementos a cada uno. Llámanos nuevamente alrededor del fuego y reparte tus dones con la llama poderosa de tu Espíritu Santo.
Dios de la ternura, Cristo Resucitado, que necesitas como uno de nosotros escuchar palabra de amor; Hoy te decimos “Si Señor, te amo” y aceptamos cuidar de tus corderos con esa ternura que recibimos de vos. Amén
Pastora Cristina Dinoto (San Rafael, Mendoza – Argentina)