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Cuando me llames
Concédeme, Señor, cuando me llames
que la obra esté hecha,
la obra que es tu obra
y que me diste que yo hiciera
Pero también, Señor, cuando me llames
concédeme que todavía tenga
firme el paso, la vista despejada
y puesta aún la mano en la mancera
Yo sé muy bien que cuando al cabo falte
mi mano aquí, tu sabia providencia
otras manos dará, para que siga
sin detenerse nunca nuestra siembra
Gonzalo Baez Camargo