Autor/es: Betty Hernandez
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Eldra es una niña de cinco años, hija de una querida amiga mía.
Un Domingo terminando el culto de comunión se acercó para despedirse del pastor y le dijo:
- Pastor ¿verdad que tu dijiste que de "los niños es el Reino de los cielos"?
- Así es Eldra, pero en realidad lo dijo Jesús.
- Bueno pastor y si es así ¿porqué no me das la comunión?
El pastor, que estaba inclinado a la altura de la pequeña; la miró, la abrazó y conmovido hasta las lágrimas le dijo:
- Tienes razón hijita, perdóname y el próximo culto de comunión yo mismo compartiré contigo el pan y el vino.
Y asi sucedió desde entonces.
En otra ocasión Eldra llegó a la Escuela Dominical con su muñeca favorita, una vieja muñeca obsequio de su bisabuela. Y con la frescura que caracteriza a esta niña saludo al pastor y con toda seriedad le dijo:
- Pastor, hoy traje a Lola al culto.
- ¡Ah qué bueno! - dijo el pastor- bienvenida Lola!
¿y vino el papá de Lola?
- Pastor, Lola no tiene papá - explicó Eldra
- Perdón, cuánto lo siento! se disculpó el pastor.
- No se preocupe pastor, porque usted nos ha enseñado que cuando falta el papá debemos decir "Padre nuestro que estás en los cielos"
Eldra ha sido una niña que ha dejado una gran
bendición y enseñanza en nuestras vidas. Desde entonces tratamos de aterrizar con el ejemplo lo que enseñamos a los niños.