Autor/es: Maximiliano A. Heusser
Visto: 2040 veces
Dios nuestro, venimos a postrarnos a tus pies con humildad porque hemos pecado.
Perdónanos, amoroso Dios.
Hemos construido hermosos templos creyendo que son más importantes que las personas y creyendo que te contienen y te revelas sólo en ellos.
Perdónanos, amoroso Dios.
Hemos construido templos en los que no todas las personas pueden entrar aunque quieran hacerlo.
Perdónanos, amoroso Dios.
Porque como aquellos escribas, fariseos y sacerdotes, muchas veces nuestras prácticas religiosas atentan contra la vida de quienes son más vulnerables.
Perdónanos, amoroso Dios.
Como aquél grupo de supuestos “entendidos” nos alejamos de quienes sufren con posicionamientos teológicos que causan dolor y muerte.
Perdónanos, amoroso Dios.
Porque muchas veces pretendemos “ser el Cristo, engañando a muchos”.
Perdónanos, amoroso Dios.
Necesitamos que tires abajo los templos que no son funcionales a Tu Reino, que no son espacios de contención y cuidado, que no son espacios donde se brinda amor y gracia a quienes más la necesitan.
Perdónanos, amoroso Dios, porque hemos pecado contra Tí y contra quienes más te necesitan.
Te lo pedimos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo,
Amén.
P. Maximiliano A. Heusser