Autor/es: Maximiliano A. Heusser
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Dios amó tanto al mundo que envió a su Hijo;
Nosotros, en cambio, señalamos a quienes nos rodean haciéndoles mal.
Dios lo envió para que todo aquél que en Él crea no se pierda, sino que tenga vida eterna;
Nosotros, en cambio, acusamos a las personas que son distintas, sin siquiera intentar comprenderlas.
Dios envió a su Hijo, para que el mundo sea salvo por él.
Nosotros, en cambio, juzgamos a los demás, sentándonos en el privilegiado lugar del juez.
El que en él cree, no es condenado;
Nosotros, en cambio, condenamos, expulsamos y declaramos culpables y pecadores a diestra y siniestra.
Dios de amor, no queremos seguir amando las tinieblas, ayúdanos a cambiar.
Dios de amor, queremos acercarnos a la luz, para que así, sea evidente que nuestras obras son hechas en Ti.
Perdona nuestro pecado, nuestra maldad, nuestra falta de misericordia.
Te lo pedimos en el nombre de Jesús, a quien Tú enviaste, Amén.
P. Maximiliano A. Heusser †
San Carlos de Bariloche, Rio Negro (Argentina)