Y ahora deja atrás el recuerdo doloroso de noches sin pescas, vuelve al remo y a la mar y profundiza en la experiencia de volver a intentar de nuevo, confiando en Aquel que te manda a buscar profundidad.
Ve en su nombre y pesca. Deléitate en los frutos que Dios te da. Disfruta de las bendiciones, cuéntalas, mira las redes henchidas a plenitud. Pero vuelve a la orilla. Comparte el pan y no te quedes
Queridas hermanas y hermanos, hemos compartido en comunidad la Palabra de Dios, Y en la Palabra...
Señor Jesús, tómanos de la mano en esta semana, ya nos salvaste del agua, ya pusiste paz en...
(Mateo 9:35 – 10:8) Dios nuestro, en su momento enviaste a los doce, hoy siguen faltando obreros...
(Juan 20:19-31) Aquí estamos, Señor, con nuestros miedos y limitaciones; ¡Danos tu Paz! Aquí...
Salgamos ahora, movilizados por el Espíritu Santo, teniendo en cuenta a los pobres, a quienes...
Oh Dios, Padre de misericordia, que miras con entrañas de Madre el sufrimiento de tus hijos...