Autor/es: Daylins Rufin Pardo
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BENDICION
Que Dios, que es Fuerza Divina,
nos restaure una y otra vez nuestras fuerzas perdidas, quitadas o entregadas;
Que Dios, que es brisa ,
nos despeje la frente para pensar claro y mirar hacia adelante,
y nos desempolve todo lo que guardamos en el alma,
para reconocer nuestros tesoros,
para reencontrarnos con nuestra riqueza, allá bien en lo profundo;
Que Dios que es llama de Amor,
nos abrace las dudas innecesarias
y nos encienda la vida como una hoguera
para acoger los cantos y lamentos,
las historias,
los juegos
y también los silencios,
de nuestros hermanos y hermanas,
de todo lo que existe.
Que Dios, que es las estrellas,
nos acompañe nuestro viaje interior
y nos sirva de guía a través de las noches oscuras del alma;
Que Dios, que es también presencia cercana,
Padre y Madre,
pan, vino;
se haga presente en nuestro cotidiano
como consuelo, como apoyo, como abrazo
y nos reafirme en nuestra condición de hijos e hijas,
de hermanos y hermanas,
de familia humana y divina.
Que Dios, que es lo pequeño,
guie nuestros pequeños pasos
hacia las grandes causas: la de
la del respeto por
la del Amor sin límites,
Amor hasta lo absurdo,
sin principio ni fin, sin condiciones,
y sobre todo la del Amor después del Amor…
Que Dios que es la sorpresa,
el desafío, lo oportuno, lo nuevo;
nos guie de comienzo en comienzo,
re-novándonos, re-creándonos
una vez y otra vez
y otra vez
y otra vez …
y para siempre
¡Que Así sea!
Daylins Rufin Pardo
Para liturgia de cierre del
Encuentro de reflexión bíblico-socio teológica y pastorald
desde la problemática de
Matanzas, Cuba,
10-12 de Noviembre del 2009, AD