¡Oh Señor!, ¿cómo podríamos soportar las preocupaciones y afanes de la vida, si no fuese por el reconfortante sosiego que recupera nuestras fuerzas en el día de descanso que tu has previsto para nosotros?
Gracias a Ti y a Tu eterna bondad que has establecido el día domingo para hacer un alto en las tareas diarias de la semana y descansar de nuestros trabajos.
Señor, nos resulta difícil