Dame de esa agua, Señor!
Dame de esa agua que en forma de lluvia empapa la tierra, la fecunda
y la hace germinar.
Dame de esa agua
que convierte lo estéril en fértil y productivo,
que riega los trigales
para beneficiarnos del pan.
Dame de esa agua,
la que corre limpia por arroyos,
la que purifica nuestras almas de
tanta maldad.