Como aquel alegre y viejo timbal,
Bendito Senor
tu voz y tu Espiritu me envuelve
en su solo tiempo y compas
del latido de mi corazon.
Asi tengo
tu bondad en mi,
tu fortaleza
en nuestro diario vivir.
Eres la razon de mi cotidiano compartir,
tu amor
el motivo de este solidario quehacer,
Senor.
No me callaré,
No hay recursos disponibles