Venimos a ti, oh Dios, para confesarte con humildad todas nuestras fallas.
Tú nos conoces como individuos y como comunidades cristianas y sabes lo
lejos que estamos de actuar como Jesús nos enseñó.
Olvidamos, oh Dios, tu mandamiento de amarte a ti sobre todas las cosa y
de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. En vez de ser agentes
No hay recursos disponibles