Cuando era chiquita vivimos algunos años en Claromecó, es un pueblito de la costa en el cual la presencia del viento es una compañía
constante.
Por eso durante esos años aprendí algunas cosas sobre el viento.
Conocí su potencia en los temporales, en los que nada que se oponga a su fuerza permanece en pie. He visto puentes arrasados y construcciones muy fuertes socabadas hasta los
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