El Padrenuestro de Dios
Hijo mío que estás en la tierra, preocupado, solitario,
tentado: yo
conozco perfectamente tu nombre, y lo pronuncio como
santificándolo, porque te amo. No, no estás solo, sino
habitado por mí,
y juntos construimos este reino del que tú vas a ser el
heredero. Me gusta que hagas mi voluntad, porque mi voluntad
es que tu
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