"Creo en un Dios que nos ha enseñado a orar, insistentemente, no
porque EL lo necesite, sino porque la oración genuina nos rescata de
nuestra inmediatez, de nuestras fantasías de omnipotencia y del
cansancio....para reconstituirnos y consolidarnos en EL, con la paz
de su mirada sobre las cosas, y el coraje de su esperanza".-
"Creo en un Dios que enseña que su
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