Había una vez un zapatero que llegó a ser tan pobre que no le quedaba material más que para un solo par de zapatos. Lo cortó por la
noche para hacerlo a la mañana siguiente.
Después, como era hombre de buena conciencia, se acostó tranquilamente, oró y se durmió.
Al levantarse al otro día fue a ponerse a trabajar, pero encontró encima de la mesa el par de zapatos hechos.
No hay recursos disponibles