Todos sabemos lo que hace dos mil años aconteció en Belén.
Lo recordamos año tras año, como un hecho del pasado.
Cuando es una realidad permanente; un acontecimiento
diario.
Porque lo que ocurrió en Belén se repite en nuestras vidas.
El amor de Dios continúa haciéndose presente entre nosotros.
Naciendo como hace dos mil años.
Pero hace falta que nosotros
No hay recursos disponibles