Oh, Señor, tu mundo el mundo que amaste de tal forma que incluso quisiste formar parte de él y experimentarlo hasta su plenitud
siente dolor.
... el dolor de muchos hombres y mujeres que ven crecer la carrera armamentista y se sienten desalentados en sus intentos de detenerla el dolor de los prisioneros, de los hambrientos, y de la mucha gente
que parece feliz y contenta,
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