Esta carta la escribió García Márquez al descubrir que tiene cáncer.
Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo,
y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que
pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría más, entiendo
No hay recursos disponibles