En esta Navidad no quiero ese pavoroso intercambio de productos entre manos que no se abren en solidaridad, con pasión y cariño sin vergüenza. Quiero al Niño libre en lo más íntimo de mí mismo, sembrando ternura en todos los espacios en que las piedras sofocan a las flores.
En esta Navidad no me interesan las oscilaciones de los índices financieros, ni las promesas viciadas de los políticos,
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