Ayúdanos Señor, a poder enfrentar nuestros demonios, nuestro poderes...tal como enfrentaste los tuyos.
Eras un hombre de poder
- podías convertir las piedras en pan,
- podías conquistar todos los reinos,
- podías arrojarte del Templo sin dañarte.
Pasaste cuarenta días buscando encontrar la manera de usar tus poderes para establecer el Reino de Paz, Justicia