Salir a caminar las calles de Matanzas (Cuba) en las mañanas, especialmente en el centro, es enfrentar una ola humana que se apresura a recorrer puestos y tiendas, o tal vez de prisa a la escuela o el trabajo. Cada uno va con su carga de problemas a cuestas, con sus trasiegos y pensamientos del día.
Es precisamente en este espacio profano que se desliza el caminante viejo, el mulato Alfredo
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