Al Cristo muerto
que llevas en tu pecho,
A ese Cristo no le canto yo.
Yo le canto al Cristo
que resucitó
de entre los muertos
y victorioso como Dios se levantó.
Al Cristo que colgado de un madero
a ese Cristo le debo salvación,
Porque dió su vida placentera
para librarme de la perdición.
Y hoy que feliz me siento
pues Cristo ya