Seamos como el agua salada del océano,
dando sal a toda la humanidad.
Ayudemos, que la gente conozca el santo sabor del Señor,
y recibir de él aliento de vida.
Que todos nos preocupemos por otros y sepamos amarlos,
quitando del medio todo odio y mal..
Pidamos que el Señor una nuestros corazones y nuestra voluntad
para que a todos podamos traer felicidad.