"Y Jesús lloró... profundamente conmovido".
Está en el Evangelio.
Tus lágrimas, Jesús.
¡Cómo nos consuelan tus lágrimas!
En ellas reconocemos las nuestras
son la garantía de que te apiadas de nosotros,
que sientes piedad por nuestro llanto,
porque lo has probado.
Ver lágrimas, es verte a ti.
Tú, el seguro, el eterno, el inmutable, la felicidad,