Y ahora, que el poder con el cual Dios levantó de entre los muertos a Jesucristo, sea con este pueblo de Dios.
Que seamos llenados de su poder para compartir la vida, para servir y dar testimonio de la resurrección de Cristo, para transformar la tristeza en gozo, el desespero en certeza, la prueba en victoria, la guerra en paz, el odio en amor, para unir los pueblos como los colores están
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