Hoy vamos, Señor, en un camino,
que se ve como la ruta del calvario.
Es cuaresma y nos sentimos ya crucificados.
La vía dolorosa se hace lenta e interminable.
No, hoy no es la multitud gritando ¡crucificalo!
Es la multitud que está siendo sentenciada.
Hoy son unos cuantos, los poderosos, Señor
que: gritan, escupen, maldicen, golpean
y coronan
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